Una playlist para cuando ya no estemos.
La música como carta de amor para cuando ya no estés aquí.
Estoy varada en un Starbucks.
No para de llover.
Y yo no paro de escribir.
En este rincón lleno de olor a café y ventanas empañadas, estoy armando la siguiente emisión de Soundtrack. Y claro, me vienen a la mente ochenta mil canciones, todas peleándose por ser parte del episodio. Algunas me hacen sonreír, otras me apachurran el pecho… y en medio de este vaivén musical, aparece una idea que siempre regresa. Una de esas que le he contado a mis amigos, que he soltado en sobremesas, y que si escuchaste la primera emisión de Soundtrack, sabrás que lo propuse sin titubeos:
Todos deberíamos dejar lista nuestra playlist para nuestro funeral.
Sí, lo sé. Puede sonar extraño. Incómodo, incluso.
Pero quédate conmigo un momento.
El día en que alguien se muere es un día complicado. Está lleno de silencios que pesan, de frases automáticas, de abrazos que no siempre saben por qué están ocurriendo. Es un día en el que el mundo cambia para algunos, mientras que para otros, simplemente sigue. Y en medio de ese caos emocional, creo que la música puede hacer algo.
Puede sostenernos.
Por eso lo digo y lo repito:
Deja tu playlist lista.
No porque sea morboso.
No porque tengas prisa en irte.
Sino porque la música también es una forma de dejar huella.
Elegir esas canciones que digan lo que no pudiste decir.
Que abracen a los que se quedan.
Que rían por ti.
Que lloren contigo.
Que te recuerden en todas tus versiones: la alegre, la intensa, la nostálgica, la romántica, la rebelde.
Yo ya tengo algunas canciones en la mía.
Una para que se rían.
Una para que lloren con gusto.
Otra para que se abracen fuerte y se queden un rato más, aunque ya no esté.
Porque si vamos a irnos, que sea con música.
Con nuestra música.
Y yo, si me preguntas, ya lo tengo clarísimo:
Quiero que ese día todo mundo esté bailando y aplaudiendo "Say a Little Prayer" de The Overtones.
Te dejo la liga para que escuches la maravilla de canción:
SAY A LITTLE PRAYER FOR YOU (Dale click al video)
Quiero que canten y bailen como en la escena de “La boda de mi mejor amigo” espontáneamente, con risas, sin vergüenza, con toda el alma.
Quiero a la gente con su vasito de vodka con tónic en la mano, un trompo de tacos al pastor girando en una esquina, y de postre, flan del que hace mi mamá.
Y claro, que no falte un cafecito de olla que abrace el alma y harto papel picado.
Así quiero que me recuerden: con sabor, con ritmo, con memoria, con colores y con amor.
Así que hoy, mientras la lluvia insiste allá afuera y el café se enfría un poco, te dejo esta pregunta que no es tan simple como parece:
¿Qué canciones tendría tu funeral?
Piénsalo como una última carta.
Una despedida con melodía.
Un recuerdo que no se apaga.
Haz tu lista. Hazla con memoria, con cariño, con locura. Hazla como si fuera tu última playlist... porque quizá lo sea algún día.
Y que, cuando llegue el día de partir, te despidan como viviste: con música, con risas, con flan, cafecito de olla, y todos cantando en la mesa como si Julia Roberts estuviera aplaudiendo contigo.
Te comparto mi play list para Mi funeral que se alimenta todos los días, encontrarás de chile, mole y pozole pero hecha con muchísimo amor:
Mi funeral, Vanessa Iturbide (Dale click a la play list)
P.D: Sí, estoy llorando mientras escribo esto.
Pero es de esas lágrimas que no duelen, que limpian, que abrazan.
Gracias por leerme. Gracias por estar.